Con motivo de la celebración del Día Mundial sin Tabaco, no está de más recordar que las personas con trastornos mentales y/o trastornos por uso de sustancias, también se benefician del abandono del consumo de tabaco.
El consumo de tabaco representa la primera causa de morbimortalidad en todo el mundo occidental. A día de hoy sabemos la relación causa-efecto del tabaco como responsable de 25 enfermedades, entre las que destacan el cáncer de pulmón, EPOC y enfermedades cardiovasculares. También sabemos que la mayoria de fumadores cumplen criterios de Dependencia de la Nicotina.
La prevalencia de fumadores en población general ha ido disminuyendo en los últimos años como consecuencia de las distintas estrategias de prevención, incluyendo la entrada en vigor de medidas legislativas, y la mejora en los tratamientos de la dependencia de la nicotina, encontrándose en la actualidad por debajo del 30%. En personas con problemas psiquiátricos y/o trastornos relacionados con el uso de otras drogas –TUS- sin embargo, las tasas de prevalencia se mantienen en cifras que oscilan entre el 70-90% según estudios. Tradicionalmente el abordaje del consumo de tabaco en estos pacientes no ha sido prioritario, considerando incluso la posibilidad de que la abstinencia tabáquica pudiera interferir negativamente en el tratamiento de su drogodependencia, o dudando de la eficacia de los tratamientos disponibles en esta población. Aunque no hay muchas experiencias, van apareciendo estudios que ponen de manifiesto la eficacia de los tratamientos disponibles en esta población. Algunos estudios sugieren incluso, no sólo que el tratamiento de la dependencia de nicotina no interfiere negativamente en el tratamiento de otras drogodependencias, sino que la abstinencia de nicotina puede favorecer la abstinencia de la droga problema y mejorar la calidad de vida de las personas con trastornos por uso de sustancias.
